Si nos adentramos en el barrio madrileño de malasaña, podemos encontrar, en la calle pez nº15, un pequeño restaurante que ha sido recomendado nada más y nada menos que por Alberto Campo Baeza o Fernando Sánchez Dragó.
Gumbo, en la madrileña calle del Pez, número 5. Lo dirige magistralmente Matthiew Scott, un simpatiquísimo arquitecto norteamericano, de Nueva Orleans, que fue buen alumno mío. Cocina de Matrícula de Honor. Alberto Campo Baeza
Si por algo destaca este lugar es por las propuestas de Nueva Orleáns que presenta: desde tomates verdes fritos hasta carnes al carbón. Fernando Sánchez Dragó
¿Y qué tiene de especial? Se trata de un restaurante especializado en cocina norteamericana, concretamente de la zona de Nueva Orleans, y que está dirigido por un arquitecto llamado Matthew Scott.
Natural de Alaska (1970), este norteamericano siempre ha vivido en Nueva Orleans, donde La tradición culinaria de la ciudad y la actividad de su familia en este campo, ya le atraparon desde pequeño. Tanto es así que, mientras estudiaba Arquitectura, cocinaba para relajarse. Los últimos años de carrera los pasó entre Madrid, Lisboa y París, dónde alquiló un estudio a un banquero italiano a cambio de guisar para él.
Y en madrid le surgió la opotunidad de trabajar como cocinero en un pub irlandés. Pasó más tarde por restaurantes como ‘Pedro Larumbe’, ‘El Amparo’, ‘Undata’, ‘Cornucopia’… hasta llegar a abrir su propio negocio: GUMBO.
En el menú destacan los tomates verdes fritos (rebozados en harina de maíz y acompañados de salsa de gambas) o la espesa sopa de Luisiana (sopa de marisco que lleva como base un roux —harina tostada— sazonada con apio, cebolla y pimiento), que da nombre al local.
Un local informal y divertido donde probar recetas diferentes por relativamente poco dinero (25 euros aprox.)
Actualización MAYO 07: Al local de la calle PEZ nº 15, se une un restaurante llamado GUMBO YAYA en la calle PALMA nº 63, donde se puede disfrutar de la misma carta.
Más información:
- GUMBO en METRÓPOLI de EL MUNDO (Ficha)
- GUMBO en METRÓPOLI de EL MUNDO (Reseña)
Vaya historia!Siempre me ha llamado la atención cómo algunos arquitectos encuentran su hueco profesional en otro sitio más o menos paralelo a la arquitectura. El ejemplo más cercano fue de un compañero mío de carrera que a falta del proyecto fin de carrera, lo dejó todo y se fue a Australia a hacer comics, su gran pasión.
Está claro, como uno no acabe haciendo lo que realmente le gusta, se convierte en un ser gris, mediocre y frustrado.
La próxima vez que vaya a Madrid haré una visita a la calle Pez.
Saludos.
Pues el día que yo acudí a éste restaurante, el cocinero no anduvo demasiado fino, porque después de 2 viajes a Nueva Orleans y cocinar el gumbo en mi casa en numerosas ocasiones, el de éste restaurante me decepcionó muchísimo: desabrido, aguado y no demasiado elaborado.En fin… Al menos el resto de platos estaban pasables.